Hola a todos, y bienvenidos de nuevo a mi pequeño rincón de internet.
Si me sigues, ya sabes que mi oficina puede ser cualquier lugar con buen Wi-Fi y una buena vibra. Pero hay lugares que, sencillamente, se llevan la palma. Y desde que llegué a Florianópolis, Brasil, siento que he desbloqueado el nivel "Experto" de la vida nómada digital. Esta isla, conocida cariñosamente como "Floripa", no es solo un paraíso de playas; es un ecosistema vibrante donde la chancleta y el portátil conviven en perfecta armonía.
Hoy quiero llevarlos a través de un día típico en esta joya del sur de Brasil.
🌅 Mañana: Arena, Sol y Primeros Mails
Mi día siempre empieza temprano, pero aquí la alarma tiene un sonido diferente: el de las olas. Vivo cerca de la playa de Jurerê, y mi ritual matutino es innegociable. Antes de las 8 a.m., ya estoy con mis pies en la arena, haciendo mi primera videollamada o simplemente revisando la bandeja de entrada mientras el sol aún es suave. No hay mejor manera de calmar la mente antes de la jornada.
La belleza de Floripa es su dualidad. A diferencia de otras capitales, aquí la naturaleza está integrada. No estoy mirando edificios; estoy mirando la Mata Atlántica y escuchando el portugués musical de la gente. Un par de horas de trabajo ligero y estratégico, con el sonido del mar como mi playlist de concentración, y estoy lista para el siguiente acto.
☕ Mediodía: Buscando la Energía Creativa
Alrededor del mediodía, cambio la toalla por la mochila de trabajo. Es hora de moverme al epicentro del co-working local: los cafés. Hoy elegí el barrio de Lagoa da Conceição. Es un lugar ecléctico, rodeado por una laguna enorme y lleno de pequeñas calles con tiendas vintage y, por supuesto, cafés con encanto.
Mi lugar favorito aquí tiene mesas de madera rústica, acesso de alta velocidad que nunca falla (¡un must para cualquier nómada!) y sirve un pão de queijo (pan de queso) que es ilegalmente delicioso. Es en este ambiente, con un café fuerte brasileño en mano y el murmullo de conversaciones a mi alrededor, donde realmente puedo profundizar en tareas más complejas, como la edición de vídeos o la escritura de artículos (como este, de hecho).
La energía en estos espacios es contagiosa. Siempre hay alguien más con un portátil, y a menudo termino compartiendo consejos de viajes o apps de productividad con un nuevo amigo de Argentina, Alemania o, a veces, del propio Brasil. Aquí, el mundo se siente pequeño y conectado.
💻 Tarde: El Despacho con Vistas
El final de la tarde es mi momento de máxima productividad, y la regla aquí es: trabaja hasta que el sol te obligue a parar.
Aprovecho las últimas horas de luz para rematar proyectos con deadlines ajustadas. A veces me quedo en la cafetería, pero otros días busco una terraza con vistas, como las que rodean el morro (colina) de Ribeirão da Ilha, o incluso un deck tranquilo con vistas a la laguna. El objetivo no es solo trabajar, sino hacerlo en un lugar que alimente el alma.
El sol en Floripa se pone tarde, así que cuando finalmente cierro el portátil, siento que he tenido un día completo, equilibrado y, lo más importante, ¡hecho a mi manera!
🍹 Noche: Desconexión y Sabor Local
Mi día de nómada digital en Floripa no termina con el trabajo, termina con la experiencia.
Después de guardar el equipo, me mezclo con los locales. Una cena de pescado fresco (sequência de camarão) en una barraca sencilla o, mejor aún, un açai bowl gigante en la playa. La desconexión es total.
Florianópolis me recuerda que el trabajo remoto no es una excusa para trabajar sin parar; es una herramienta para vivir mejor. Es la libertad de cambiar el paisaje de tu escritorio cada día y la posibilidad de que un baño en el Atlántico sea tu "reunión de team building".
Si estás pensando en dónde anclar tu vida nómada por un tiempo, créeme: pon a Floripa en la cima de tu lista.
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